sábado, 23 de agosto de 2008

Manejo un tiempo muerto
entre mis manos
que envejece a cada instante, rancio.

Yo no lo dispuse, se desvaneció rápido:
golpe, esperanza, dolor,
más golpe, más dolor.

No dan medallas a la pena
no se lleva,
no apetece,
que se pega.

Felicidad encapsulada de
praxis emocional.


VERA

7 comentarios:

  1. Hola.. paseaba y me gustó lo que escribiste...

    Palabras... y con ellas algo más..
    ..siempre aportando y transmitiendo.., sí.

    Seguiré leyendote.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo7:41 p. m.

    Puede que la soledad sea la única compañía a la que siempre podremos recurrir. Pero en estos días te escucho como si estuvieras aquí, en el centro infinito de tu ausencia.


    Un beso, amor.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por la visita y el comentario.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  4. Aquí estoy, mirando las palabras que saben. De vez en cuando me asomaré a tu balcón para ver, para tener esa sensación de estar de nuevo ante un descubrimiento.

    ResponderEliminar
  5. Anónimo9:54 p. m.

    La pena se pega pero ¿y la alegría? Seguro que también. Yo estuve en Sevilla el año pasado con mi gran amiga de ahí y se pega la alegría. Lo descubrí así.
    Besos

    ResponderEliminar
  6. Qué buen texto, che. Me encantó tu paginita.
    Saludos desde el Sur

    ResponderEliminar

pasearon por aquí