Termina este cíclico septiembre apenas renovado. Y no quería cerrar el mes sin aportar mi entrega anual. Quizás porque es comienzo de año (qué se quite enero, por favor), porque soy un año más vieja (negativo) o más sabia (positivo) o más sola (interrogante) o lo que sea.
A una que es de natural botella medio vacía no le gusta septiembre, por ese aire de colegio limpiado con prisas y mudanza repentina, por ese cumplir años recordatorio de los que ya no cumplen, por el muestrario de espejismos de memoria, de sueños que no llegan (quizá no soplé bien las velas).
Termina septiembre y todo se repite.
VERA
Todo se repite y todo pasa. Una mañana cualquiera intentaremos aferrarnos al perfecto azul de los días que fueron, pero sólo habrá una memoria y no un cielo. Sólo septiembre encallado en la sombra. Triste y cierto. Amor, todo pasa. Y, mientras tanto, va quedando una enseñanza o un mundo a favor que no es como quisiéramos. Pero está de más rechazar por sistema lo aprendido. Mi consejo es que saques a pasear esas ausencias y las lleves contigo porque te apetece, porque el amor, cuando se ha ido, deja un sabor agridulce en el alma. Un sabor que sabe a tristeza. Pero que es preferible a cualquier otro sinsabor de indiferencia.
ResponderEliminarUn beso fuerte...
Pues feliz año nuevo..
ResponderEliminarYo regreso a tu casa.. tambien un año mas viejo.. mas sabio.. mas cansado.. mas complejo.
Un beso
Septiembre,
ResponderEliminares preludio del otoño,
y eso... siempre emociona.
=)