sábado, 23 de enero de 2010

Paseando la calle

-La calle está muy mala, la crisis nos afecta a todos... -anunció ella digna de su oficio.
-Yo puedo echarte una mano, siempre que quieras -respondió cómplice el hombre.
-A ti, por se mi amigo no te cobro -contestó la mujer con el alma.
-Sí, pero el trabajo es trabajo...
Y ella sabia sabedora de las miserias humanas sentenció:
-Oye, te digo una cosa: afortunadamente el dinero no puede comprarlo todo...
VERA

1 comentario:

  1. Bravo... Como relato me ha parecido más que interesante. ¿Por qué no sigues escribiendo cositas así?

    Es solo una sugerencia, eh.

    Un abrazo.

    D.

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