CAIMOS en la trampa
como caen las hojas de los almanaques
quién la puso allí colgada de aquel solsticio oscuro
como este amor irremediable quién
quiso endulzarnos el invierno de afilada soledad
me eres la luna de la infancia
intocable heladamante cariñosa
y sé que no estarás y que has venido
a que te piense sólo a que te gima
por los papeles blancos donde vivo
inevitable me eres como yo inevitable
y sé que no estarás y que te irás
porque no puedo estarme más conmigo
de Fernando Adam.
Pero bueno! Qué blog tan espectacular! Guau! Te felicito!
ResponderEliminar"endulzarnos el invierno de afilada soledad" y otros versos de una belleza desgarradora.
ResponderEliminarbesos.
Cierto, hermano, es un poeta que no conocía.
ResponderEliminarEl libro es tuyo, creo, lo encontré alineado con mis libros de poesía. PREMIO GARCÍA LORCA.
un beso.
Qué poco vende la poesía
Soy Fernando Adam.El autor de ese poemilla. Gracias por ponerlo, Vera. Y gracias porque os guste. Gracias. Ese poema es muy antiguo, de mi adolescencia, pero es de los que he recordado involuntariamente, como esas músicas que te vienen sin pensarlas.
ResponderEliminarGracias a usted por el poema y, sobre todo, por haber paseado por aquí.
ResponderEliminarY sí, muchas veces nos movemos por punzadas involuntarias de la memoria.
Saludos.
Fernando, no se si te acordarás de ese otro poemilla que empezaba así:
ResponderEliminarNo sabré en qué mañana un mundo recien hecho despertó ante mi...
No me costó nada leerlo en el Ideal Cinema!!!!!
Un abrazo.