Pero algo de empírico debe de haber en este mejunje. Algo que explique por qué tú no y por qué tú sí, a sabiendas de que a veces nuestro sí conlleva un trastorno perjudicial para nuestra salud, incluso pudiendo ir en detrimento de un no.
Yo desconozco por dónde van los tiros. Sólo intuyo mis borrascosos sentimientos, unos que calaron un tiempo lejano ya, y que no tienen visos de disiparse. Que vislumbran una entelequia pasada tan real... Se camuflan, se esconden, se duermen, pero están ahí. Yo lo sé. Yo los siento. Yo los padezco.
Practico ejercicios terapéuticos, intento implicarme en una y mil actividades, enfoco mis ojos hacia los de otro... eso cuando estamos optimistas. Pero cuando todo se emborrona y mi mirada solo capta la negrura del mundo, aparecen cual fantasma de una pesadilla estrafalaria. Con ellos miles de preguntas que vengo rumiando desde entonces, con ellos la certeza de que el azar no se juega, te encuentra y más vale que no te abandone.
Con ellos las dudas, las inseguridades, el dolor del por qué no y el por qué no yo; y del por qué tú sí. Entonces, me afano en la búsqueda de algún antitodo que cure esta magia negra que algún brujo caprichoso practicó conmigo.
de VERA
El amor es complicado, casi magia negra. Ojalá fuera todo más fácil. Si hubiera unas pautas a seguir con todo el mundo sería coser y cantar. Pero lo que vivimos y disfrutamos con unas personas, no es, por lo general, aplicable a otras. Siempre quedan paraísos e infiernos por descubrir. Y no todo es blanco o negro.
ResponderEliminarAbrazos.