Mi sombra se derrama por el suelo
como una gran mancha de grasa de motor
Deformado e inmóvil su cuerpo se dibuja;
ajena entre las luces
no sabe deshacer su oscura realidad,
su desnudez rojiza de llanto enmudecido.
Si mi sombra decide no moverse,
me quedaré con ella
leal a ese horizonte que anhelaba,
que quería alcanzar en su viaje
de cielo imaginado.
Mi sombra quiso ser el infinito,
renacer con el sol, ser luz de plata.
Hoy vive derramada por el suelo,
infeliz para siempre en su derrota,
convertida en la sangre de los coches
que envejecen conmigo.
como una gran mancha de grasa de motor
Deformado e inmóvil su cuerpo se dibuja;
ajena entre las luces
no sabe deshacer su oscura realidad,
su desnudez rojiza de llanto enmudecido.
Si mi sombra decide no moverse,
me quedaré con ella
leal a ese horizonte que anhelaba,
que quería alcanzar en su viaje
de cielo imaginado.
Mi sombra quiso ser el infinito,
renacer con el sol, ser luz de plata.
Hoy vive derramada por el suelo,
infeliz para siempre en su derrota,
convertida en la sangre de los coches
que envejecen conmigo.
de ANA MERINO
Sombras con sueños de ser otra cosa... Buen poema, algo triste, si. Un abrazo y gracias por visitarme, volvere a pasar.
ResponderEliminarGracias a ti por entrar en este embrión de sueños. Desgraciadamente ANA MERINO no soy yo... plasmo aquí los poemas que me gustan, yo escribo lo que no firmo. Poca cosa.
ResponderEliminarsaludos
Una detective salvaje nunca abandona...Espero seguir leyéndote
ResponderEliminarSé, claro si sé volar, aunque no dispongo de licencia que lo acredite
ResponderEliminar