Adiós al espumillón, a la espuma del champán, a la lotería, a las lucecitas, a la nieve artificial, a los papás noel y a la baraja de reyes mágicos, a las buenas intenciones cargadas de despropósitos, a las comidas con los que no comerías a diario, a los kilos de más, a los que siempre echamos de menos porque ya no volverán ni por Navidad.
Adiós a este empacho de sentimentalismo edulcorado de fraternidad mediática de niños sin colegio de gente sin hogar...
Adiós o hasta la próxima, porque se repite, como todo lo establecido.
Ay, ya está aquí el carnaval o ¿eran las rebajas?...
Y yo me sumo al ritual, así que: salud, paz y alegría a mansalva.
Paz y amor, siempre...
ResponderEliminarY aún quedan los reyes, eh.
Un abrazo,
D.
Guardemos nuestra rebeldía para usarla contra los enemigos más despiadados.
ResponderEliminarUn gran saludo.